Cuidado de la piel: cómo ayuda el ejercicio físico

La cosmética no es tu única aliada si estás preocupada por el cuidado de la piel. Descubre todos los beneficios que el deporte te aporta para mantener un aspecto rejuvenecido. Sin necesidad de pasar muchas horas en el gimnasio, porque de lo que se trata es de adquirir una rutina sencilla y al alcance de todo el mundo. La idea es proporcionarte claves para que te resulte fácil adquirir este hábito saludable. ¡Si eres constante, no tardarás en comprobarlo!

¿Qué aporta el deporte al cuidado de la piel?

Hasta ahora, es probable que te planteases hacer ejercicio para perder peso, recuperarte tras el parto, sentirte más ágil o, simplemente, para disfrutar porque te lo pasas bien haciendo deporte. Menos habitual es pensar que, además, al dejar la vida sedentaria estás contribuyendo a que tu piel se mantenga más joven y saludable.

En primer lugar, se consigue una piel de aspecto más luminoso y uniforme, ya que el deporte estimula la circulación de la sangre y, como consecuencia, llegan más oxígeno y nutrientes a la dermis. A la vez, se produce un aumento de la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Estas tres sustancias son imprescindibles para mantener la piel tersa, firme y luminosa. De momento ya tenemos una piel mejor preparada para combatir el envejecimiento, porque cuenta con todos los principios activos que necesita.

El segundo protagonista, imprescindible para entender cómo ayuda el ejercicio físico al cuidado de la piel, es la subida de la temperatura corporal. Al hacer deporte, se produce una reacción metabólica que aumenta el calor corporal y hace que se dilaten los poros. En este momento se produce un proceso natural de exfoliación de la piel, ya que a través de los poros abiertos se eliminan células muertas y toxinas. Indirectamente, este mecanismo de “auto limpieza” frena la aparición de los puntos negros y hace que disminuya el acné, tan relacionado con la acumulación de grasa y suciedad en los poros.

El papel específico que juega el sudor en el cuidado de la piel

Inevitable relacionar deporte y sudor, ¡nadie se libra! Y, menos mal, porque sudar es una actividad imprescindible para el cuidado de la piel. Para empezar, porque la sudoración hace que la piel esté mejor hidratada. Aunque pueda parecer que sudando perdemos agua, no es este el efecto que tiene respecto a la piel: cuando sudamos aumenta la presencia de los famosos componentes NMF, es decir, las sustancias con las que cuenta nuestro organismo para captar y retener agua.

Es lo que se denomina Factor de Hidratación Natural, una capa que se produce en la parte más externa de la piel, compuesta de agua y moléculas hidrosolubles. Entre estas sustancias ocupan un papel relevante las que se producen como consecuencia de la sudoración (sodio, potasio, cloruros, urea, amoníaco y otros aminoácidos). Pero, sobre todo, el ácido láctico, que es uno de los más potentes renovadores celulares.

Y, finalmente, gracias al sudor se mantiene el equilibrio de la flora cutánea, esa capa de microorganismos que habitan en la superficie de la piel y que ejercen una función de barrera protectora frente a ciertos agentes patógenos. Así que, solo con la sudoración se proporcionan tres cuidados esenciales a la piel: hidratación, regeneración celular y protección.

5 consejos para optimizar los beneficios del deporte en la piel

Ya que nos ponemos a hacer ejercicio, es lógico querer sacar el máximo rendimiento a nuestro esfuerzo. Presta atención a estas recomendaciones porque son la mejor manera de asegurarle a tu piel esos cuidados tan beneficiosos que conlleva la actividad física.

• 1.  Limpia tu piel antes de empezar a hacer deporte

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• Siempre que te sea posible, intenta no hacer ejercicio en un momento de día posterior a que hayas realizado una actividad en la que la piel se ensucie especialmente.

• 2. Bebe mucho líquido

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• Recuerda beber agua de forma constante, incluso aunque no tengas sensación de sed. De hecho, es esencial que bebas antes de empezar a hacer deporte, durante la práctica de la actividad y después de haber terminado. Solo así, los efectos beneficiosos de la sudoración que antes te hemos explicado pueden darse. Y, además, el agua también contribuye a que mejore la circulación de la sangre.

• 3. No olvides proteger tu piel

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• Por supuesto, estamos hablando de usar cremas solares adecuadas cuando se realiza ejercicio al aire libre. Hay determinados deportes que “castigan” la piel más que otros o en zonas concretas, que pueden causar a la larga patologías cutáneas que debemos prevenir protegiendo de forma adecuada la piel.

• 4. Cámbiate inmediatamente después del ejercicio 

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• Como veremos a continuación, lo más conveniente es ducharse, pero en el caso de que vayas a tardar un poco de tiempo en hacerlo, lo que no puedes hacer es seguir con la misma ropa puesta con la que has entrenado. Lleva siempre una muda y cámbiate inmediatamente para evitar la proliferación de bacterias o de suciedad en la piel.

• 5. Dúchate… pero una vez que hayas dejado de sudar

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• El proceso de sudoración tiene que terminar para que cumpla las trascendentales funciones que le corresponden. Olvida esa idea generalizada de que hay que meterse de cabeza en la ducha o el baño sin esperar. Si realmente quieres prestar atención al cuidado de tu piel, debes esperar unos minutos antes de hacerlo. Así, la ducha cumplirá su papel limpiando, refrescando y tonificando tu cuerpo.

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